Desde hacía algún tiempo me llamaba la atención el Yoga y surgió la oportunidad. Al comenzar las clases pasé de no saber exactamente de qué se trataba a necesitarlo como parte de mi vida. He conseguido bienestar físico y mental, desde que practico me conozco más y me doy cuenta de cómo está mi cuerpo en cada momento, las sensaciones, es como si fuera más consciente de lo que está pasando en este momento, ahora. Me encantan las clases con Sonia, en algunas ocasiones he ido a alguna clase de yoga diferente y me queda un vacío que nunca me ha dejado Sonia. Ella cree y conoce lo que hace. Me ha hecho quererlo y sentirlo tanto que no me imagino la vida sin su práctica.
Empecé a practicar con Sonia por problemas en la espalda y el cuello, sentía que no era libre de hacer lo que quería y dependiente de los medicamentos. Ahora, salvo alguna ocasión especial, no necesito medicamento para el dolor de espalda o la cervical. Gracias a sus clases de yoga tengo muchas menos molestias en la espalda y cuello, además he aprendido a conocer mi cuerpo y a solucionar los problemas cuando los tengo. Sonia, con sus clases, está siempre presente en mi vida . Confío en Sonia por su forma de trabajar y seguirme durante las clases. No cambiaría sus clases por otras porque con ella mi cuerpo y mi alma se encuentran bien. Ella no te deja sola, detalla las posturas. Las explica y las corrige. Toda mi vida hasta ahora se ha beneficiado de las clases de Sonia.
Comencé porque quería conocer en qué consistía el Yoga y cuidarme más allá de hacer ejercicio físico, sentía que me faltaba algo para mi bienestar. Ahora soy más consciente de como me siento en determinados momentos, puedo “parar” y observarme.
He aprendido a respirar y a darle la importancia que tiene. Sonia dirige las clases con suavidad, cuando veo grabaciones de otras personas no me parece yoga sino ejercicio físico. Sus clases son uno de los mejores momentos de la semana.